En ese momento, encontró su nombre artístico. “Eso es… Ya no me vuelvas a decir Stefani”. Y ahí fue, en el 2004, cuando nació Lady Gaga… Bueno, cuando nació por cuarta vez.
Al escritor Jody Rosen, del sitio web Slate.com, le tomó el estudio de miles de años de historia para descubir a las tres anteriores Gagas.
La primera Lady Gaga se remonta al siglo VI A.C. La dama poseía esclavos en la antigua Babilonia, y uno de sus esclavos pidió su libertad sin éxito en una corte varios años después de la muerte de Gaga.
La siguiente fue una campirana irlandesa, Matilda Fitzgerald, quien obtuvo su nombre, Madame de Gaga, cuando se casó en 1817.
La tercera Gaga, una refinada mujer de la década de 1920, es quien más se asemeja a nuestra Lady Gaga actual. Ella fue presentada al mundo a través de la revista británica Punch. Según Rosen, la Gaga ficticia era “el personaje principal en una sátira de los llamados ‘Bright Young People’ (Jóvenes brillantes)”, que era como se conocía a los aristócratas en ese entonces.
“Los ‘Bright young people’ tenían fiestas temáticas en las que usaban disfraces elaborados, animales salvajes y música extravante”, según el investigador. La Gaga de 1920 era una “chica fiestera de sangre azul” que tenía un “lenguaje rebuscado y un constante deseo de publicidad”.